miércoles, 2 de junio de 2010

ocho de febrero de dosmilocho

El infierno disfrazado de paraíso, envuelto en papel de regalo y con un gran lazo rojo. ¿Es para mí? Gracias. He pintado mis heridas del color de mi piel, al menos así parece que no, que no hay nada... Y disimulo. Que nadie me vea. Que nadie lo sepa. ¿Es posible ver algo cuando ni siquiera tú quieres verlo? Me regalaste pesadillas vestidas de dulces sueños, flores de plástico blando que no se mantienen en pie. Pero cualquier día encuentras en tu camino a alguien que te pellizca, y al fin despiertas. Nunca debí pegar mis ojos con pegamento.

5 comentarios:

  1. pegarse los ojos con pegamento... no me puedo imaginar nada que duela más que eso.

    PD: encantada de descubrirte en el universo blogger, señorita :-)

    ResponderEliminar
  2. A veces nos los pegamos nosotros mismos sin darnos cuenta.

    Y siempre he andado por aquí, pero camino por la sombra.

    PD: Te he añadido a los recomendados de Miscelánea, mi blog de clase :)

    ResponderEliminar
  3. Diluye las pesadillas en lucidez. Dicen que podemos llegar a dominar los sueños, que pasan a ser sueños lúcidos.

    ResponderEliminar
  4. ¿Dominar los sueños? ¡Quiero esa receta!

    ResponderEliminar