viernes, 15 de abril de 2011

Blind

Estás sentada. Cerca. A unos cincuenta centímetros. Ahí. Tus piernas cuelgan. Se balancean. Y tus pies dirigen  miradas perdidas que se estrellan contra el suelo. Y vuelvo a hablar de tus piernas. Se doblan por detrás de las rodillas y adquieren un ángulo de 90º en una cualquiera de las esquinas que forma el tablero de mi mesa. Tu piel es cada día más pálida. Como si estuvieses desapareciendo. Contrasta con el rojo nuevo de tus zapatos. Y también con tu rojo rubor cada vez que me escuchas hablar. Estás tan cerca que casi podría tocarte.

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